La mayoría de nosotros hemos experimentado patrones de relaciones dolorosos en un momento u otro de nuestra vida. Sin embargo, cuando se combina un historial personal de trauma, disfunción familiar y/o un nivel de autoestima muy baja, es posible caer en una forma altamente tóxica de apego conocida como un vínculo traumático.

En términos simples, el vínculo traumático se puede describir como “apegos disfuncionales que ocurren en presencia de peligro o explotación” (Carnes, 1997). En vínculo traumático, una persona forma una lealtad extrema al abusador/a (de ahí el paralelismo con el Síndrome de Estocolmo), y encuentra increíblemente difícil salir de la relación incluso cuando puede reconocer lógicamente el peligro para su bienestar emocional, psicológico y / o físico.

Estas relaciones están marcadas por grandes desequilibrios de poder, con una persona que ejerce un poder desmedido y otra que se ve a sí misma como menos poderosa, valiosa o independiente en la relación. Este desequilibrio de poder es reforzado a través de humillaciones, criticas, mentiras, manipulaciones y diversos maltratos.

El vínculo traumático puede ser extremadamente difícil de romper, ya que a menudo se presenta como una adicción “intangible”. Al igual que los adictos a las sustancias, las personas sujetas a la vinculación por trauma son virtualmente adictas a una persona, a menudo obsesionadas y partícipes conscientes de episodios de auto traición y pérdida de control emocional.

Como he explicado en otra oportunidad, los vínculos traumáticos se fortalecen con una modalidad de refuerzo intermitente, es decir, ciclos regulares de altos y bajos emocionales extremos que pueden parecer manifestaciones intensas de “amor” (altos) seguidas de algún tipo de comportamiento abusivo (bajos).

Aparte del refuerzo intermitente, el anzuelo del “comienzo soñado” también ayuda a galvanizar este lazo tan tóxico. Es muy normal que personas que experimentan este vínculo se niegan a dejar la Ilusión de que la persona volverá a ser quien era al comienzo.  Esto se debe a que las etapas iniciales de la relación a menudo están marcadas por alguna forma de bombardeo amoroso y potente química sexual, por consiguiente, las personas a menudo tratan de aferrarse a los recuerdos de las etapas iniciales de la relación con la esperanza de que puedan experimentar esto de nuevo. Es también muy común que este anzuelo sea usado como herramienta de manipulación: nos muestran lo que quisiéramos obtener brevemente para luego revertir a los comportamientos no sanos ya establecidos.

¿Cómo sé si he experimentado un vínculo traumático?

Lee la siguiente lista y fíjate si te identificas con estas descripciones:

  1. Estás o has estado en una relación que afecta negativamente tu bienestar, pero te resulta imposible dejarla
  2. Has tratado de dejar la relación una o más veces sólo para sentirte abrumadoramente obligado/a volver
  3. Tienes un enfoque obsesivo con la persona / relación y experimentas constantemente miedo al abandono
  4. Experimenta ciclos de altos y bajos emocionales (por ejemplo, un bombardeo de afecto seguido de rechazo extremo)
  5. Descuidas otras partes de tu vida (salud, amigos, trabajo, pasatiempos) para conseguir o mantener una relación
  6. Experimentas sentimientos de estar fuera de control emocionalmente cuando se trata de la relación (haces cosas irracionales o de las que te arrepientes)
  7. La mayoría de tus conversaciones se centran en los problemas, acciones y sentimientos de tu pareja
  8. Bajas tus estándares (gradualmente y a veces imperceptiblemente) para permanecer en la relación
  9. Excusas o justificas comportamientos de falta de respeto y maltrato psicológico y / o físico
  10. Careces de límites saludables y autonomía para tomar tus propias decisiones libremente
  11. Actúas en formas que van en contra de tus valores y principios, te auto traicionas regularmente
  12. Anhelas consuelo de la misma persona que te está dañando emocionalmente

Si te has identificado con la mayoría de estas descripciones, es posible que estés experimentando una forma de vínculo traumático.

Nota importante: Es importante notar que, si bien esta información nos ayuda a entender y normalizar nuestras circunstancias, como todas las relaciones toxicas, el vínculo traumático se mantiene de a dos.

Puede que no seamos responsables de “caer” en estas relaciones, pero si somos responsables de ver nuestra parte en la historia y sanar nuestros patrones relacionales para cortar la danza tóxica y evitar repetir en el futuro.

En mi próximo blog continuaré explorando este tema, incluyendo los posibles orígenes del vínculo traumático y qué podemos hacer para comenzar el camino hacia sanar y crear patrones de relación más saludables.

Autor: Jo Garner


Jo Garner es la fundadora de Relaciones Como Espejo. Es coach profesional, oradora y facilitadora de trabajo de desarrollo grupal.

Calificada con una Maestría en Ciencias de Psicología del Coaching y una Licenciatura en Ciencias Sociales con especialización en Coaching, su propósito es apoyar a las personas a crear relaciones más auténticas y satisfactorias consigo mismas y con los demás.